martes, 29 de enero de 2008

Doble Ajedrez III

Durante un mes estuve haciendo rondas nocturnas. Aprendí lo dura que puede llegar a ser la vida en la calle y como hay algunas personas, muy privilegiadas, que no aprecian nada de lo que tienen.
Recuerdo perfectamente una de esas noches a una mujer, yo calcularía por su aspecto físico que tendría unos cuarenta años, pero que por su voz posiblemente no superara los veinte, con una criatura en brazos y rogándonos que no nos lleváramos al camello pues necesitaba algo de caballo para poder dormir sin oír los llantos del bebé.
En aquél momento no sabía si la situación me producía pena o repulsión. Obviamente, instamos al asistente social para que liberara a ese pobre bebé del peligro que corría junto a su madre.
Que ironía, yo perdí a mis padres en un accidente de tráfico cuando aún era un bebé y a mi abuelo cuando sólo tenía cinco años, y esa madre no disfruta de su hijo, y lo peor, ese pobre hijo no podrá disfrutar de su madre.
Cambiando un poco de tercio, hoy descanso y me iré a ver una película al cine, al horario nocturno, más que nada porque tengo el sueño cambiado tras tantas noches pululando por ahí.

[..]

-“¡Bzzzzz!¡Bzzzzz!¡Bzzzzz!”

-“¿Si?”

-“¿Agente Padrón?”

-“Sí, soy yo. Dígame”

-“Soy la Agente Hernández. Ha surgido un aviso de emergencia y el Comisario ha instado a llamar a todos los agentes a comisaría."

-“Voy inmediatamente. Hasta ahora agente.”

Cuando llegué a Comisaría había formado un revuelo espantoso, claro que de golpe nos habíamos juntado 43 agentes y desde luego aquello parecía un gallinero.
Al fondo se asomaba una pequeña cabeza que decía algo ininteligible, se comenzó a oír un chisteo que avanzó como una ola desde la parte delantera de la sala de conferencias hasta los últimos asientos y entonces fue cuando todo el mundo se sentó y calló y pude ver que la cabeza en cuestión era el Comisario Flores.

-
“Nos han alertado hace aproximadamente una hora de la aparición del cadáver de una mujer de color de unos 30 años de edad. Esto es un caso excepcional porque, junto con el cadáver, ha aparecido una pequeña pieza de ajedrez, un peón blanco.
La mujer en cuestión ha sido identificada como Laura Mullin, conocida coloquialmente, por algunos de vosotros, como “la Pera”, era narcotraficante del Barrio de la Merced. Esto se ha convertido ya en asunto prioritario para atajar un posible caso de crímenes en cadena y, sobre todo, para evitar que aparezca un imitador.”

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