32 Casillas Negras, 32 Casillas Blancas. Un anciano mira al infinito mientras un caballo se mueve y se oye -"Jaque a la Reina". El hombre alza la vista mientras va divisando desde abajo hacia arriba a un niño que sonriente espera ver como reacciona su abuelo ante tal reto. El abuelo Jonás pone su mano en la barbilla acariciándola suavemente y Miguel Ángel, que como todo niño de 6 años se fija en absolutamente todos los detalles, ve como el yayo arquea la ceja.
Jonás mira a su nieto, comienza a esbozar una sonrisa y alzando su mano, como si fuera a cámara lenta, la dirige hacia su Reina. Miguelito aprieta la mandíbula mirando fijamente cada gesto del abuelo y, según este se va acercando a su pieza, se va levantando poco a poco de la silla.
El abuelo con la pieza en la mano la derriba sobre el tablero y dice: -"El valiente Caballero se ha apoderado de la hermosa Reina, osando a tal grosería en mi contra, yo, el Rey sólo tengo una cosa que pedirle y es que la proteja y la cuide, y dígale a su señor, que se proteja de mi ira pues moriré intentando matarle".
El niño deja ver en su rostro un gesto desafiante
-"Majestad, yo el Rey que se aporedó de la Reina le va a ganar esta batalla, bueno y todas las demás también abuelo, ¿eh?"-
Jonás se rió a carcajada limpia
-"ya lo veremos Miguel, ya lo veremos"-
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