miércoles, 6 de febrero de 2008

Doble Ajedrez VI

Una vez en comisaría volvimos a la B4 a un nuevo pase fotográfico. El pobre Oscar no pudo más con las imágenes y a los diez minutos aproximadamente tuvo que salir corriendo al cuarto de baño.
Mi estómago ya empezaba a acostumbrarse aunque aún tiritaba un poco al pensar en ello.


María era la cabecilla del grupo y la verdad es que parecía que estaba encantada con todo este lío de asesinatos en serie. Ninguno nos enterábamos de nada de lo que estaba pasando pero ella parecía incluso pasárselo bien.


Tras su breve escarceo con “El Señor Roca” Oscar se volvió a unir al grupo.


-“¿Ya estás mejor?” – preguntó María en tono irónico.


-“Si. Gracias. Pero por favor no pases las fotos para esta banda en un rato.”


María se rió a carcajadas.


-“Bueno” – Prosiguió –“He estado hablando con el forense y tras el examen previo del cadáver, ha llegado a la conclusión de que el hombre efectivamente tiene relación con el caso anterior. Han encontrado una pieza de ajedrez en el cuerpo. La pieza en cuestión era un caballo negro. Se encontraba alojado en el tracto digestivo. Pensamos que el asesino le obligó a tragarlo y por la situación de la pieza, creemos que la víctima fue obligada a la ingestión aproximadamente tres horas antes de morir. Lo que nos indica que el asesino y la víctima tuvieron tiempo para hablar, discutir…”


Otra posibilidad es que asesino y víctima se conozcan. Teniendo en cuenta que esa posibilidad aún no la habíamos pensado, hasta este caso, vamos a tirar por esa vertiente y buscaremos culpables en el entorno de amigos, familia y conocidos de la víctima.
En estos casos hay que tener en cuenta que el asesino está más cerca de la víctima de lo que podemos pensar y, por lo tanto, a partir de este mismo momento todas las personas relacionadas con la víctima son presuntos culpables de asesinato.”

Cada uno de nosotros se dirigió a su respectivo cubículo a buscar familiares en guías telefónicas y a llamar una y otra vez para concertar visitas.Yo estaba perdido entre tanto número telefónico cuando me di cuenta que Oscar me estaba hablando.

-“Perdona Oscar no te estaba escuchando, ¿Qué decías?”

-“Digo que es gracioso”


-“Creo que me he perdido la parte importante de tu “monólogo”.


-“Que dijeron que el tío se llamaba Sir Arthur Nesbitt. Eso implica que es caballero y casualmente la pieza que encontraron en el cuerpo era un caballo. Es gracioso.”


Para Oscar que sólo tenía 22 años era gracioso que a una persona le obligaran a tragarse una pieza de ajedrez, no le impresionaba imaginar la situación pero luego bien que se tenía que ir corriendo a expulsar fluidos a causa de las imágenes reales… “Niños”. Pensé.
De pronto la conversación con Oscar hizo que me diera cuenta de algo. La pieza era un caballo, ingerida por un caballero tras haberse descubierto un peón en una mujer negra…
Recuerdos horribles de mi infancia me vinieron a la mente. –“¡No puede ser!”. – Grité.


-“¿Qué no puede ser?” – Espetó Oscar instantáneamente


-“La jugada. Es la jugada que le hice a mi abuelo. Tras comerle la reina negra con mi caballo, el Rey negro me comió el caballo blanco. ¡Dios mío! ¡Están jugando conmigo!”.

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